Dicen que el desierto más grande y cálido del mundo, el Sáhara, se ha convertido en una inmensa tumba de arena. Dicen también que es imposible contabilizar los emigrantes que mueren en la ruta del Sahel.
La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA) estima en su informe Derechos humanos en la frontera sur 2007 que, aunque solo ha podido documentar 921 casos, al menos 3.500 personas perdieron la vida en su aventura migratoria a España el pasado año.
Deja una respuesta